DEFENSA PERSONAL INFANTIL

Se recomienda la iniciación en este deporte a partir de los 5 años. Si bien es cierto que, si se detecta algún tipo de problema de posible maltrato puede considerarse empezar con anterioridad.

Es un deporte de contacto, sí, pero también es un ejercicio muy educativo para el desarrollo físico y psíquico de los niños con un trasfondo de buen comportamiento y respeto a los demás, así como el respeto que se le debe a uno mismo.

Para los niños se realiza de una forma divertida y para los padres uno de los deportes más saludables a los que llevar a sus hijos puesto que las situaciones de peligro se realizan mediante juegos.

Inicialmente, los niños deben practicar defensa personal como un juego potenciando también desarrollo físico y sus destrezas dentro del tatami.

La vestimenta se compone de un kimono llamado judogi, que suele ser blanco, y el cinturón de uno u otro color en función del nivel en el que se encuentre el niño.

Dentro de la defensa personal realizaremos ejercicios con los que enseñar a los pequeños a dominar su cuerpo, conocer sus capacidades y posibilidades para desplazarse, saltar, correr, arrastrarse por el suelo, etc. Con estos fáciles ejercicios de psicomotricidad, los niños irán cogiendo confianza en sí mismos. A medida que avancen esos sencillos ejercicios de psicomotricidad empiezan a combinarse con las técnicas más sencillas de defensa personal. Aprenden a respetar a sus compañeros y su profesor y cada vez tendrán que esforzarse más para superarse a sí mismos e ir evolucionando y tendrán la oportunidad de poner en práctica lo que aprendieron sobre los valores de compañerismo, exigencia o trabajo en equipo que aprendieron en fases anteriores.

Beneficios de la defensa personal para los niños:

* Desarrollo de las habilidades motoras básicas. Una de las reglas más importantes a la hora de hacer defensa personal es aprender a caer correctamente, evitará muchas lesiones durante las clases, pero también fuera de ellas.

* Favorece el desarrollo del aparato motriz.

* Desarrollo de la fuerza, coordinación, velocidad, flexibilidad y equilibrio del niño.

* Aprender a conocerse a sí mismos y a dominar su cuerpo.

* Desarrollar su poder de autocontrol.

* Estimulación del pensamiento táctico. La rapidez del deporte obliga a los niños a tener que tomar decisiones rápidas y decisivas en las diferentes situaciones que le plantea su oponente o él plantea a su contrincante.

* A pesar de ser un deporte de contacto, transmite y enseña muchos valores a los niños: respeto, tolerancia, motivación, autoestima, educación, compañerismo, solidaridad, trabajo en equipo.

* Prevención en cuanto a situaciones de riesgo.